“¿Lo estaré haciendo
bien?
¿Le estará gustando?
¿Quizás más abajo?
…
Y callaste mis voces
interiores de un gemido.”
Perversión 1 – Sinceridad 0
Desde el
primer día tuve un problema contigo.
Me pasaba
cuando vibraba mi móvil avisándome de que habías escrito un mensaje.
Cuando
descolgaba y escuchaba tu voz.
Al verte a
lo lejos subiendo por la calle hasta el lugar en dónde habíamos quedado.
Me sudaban
las manos.
Me latían
las sienes.
Me temblaban
las rodillas.
Me ponía tan
cachonda.
Me notaba
desde las entrañas cómo subía por mi cuerpo un calor insoportable.
Una bocanada
de deseo incontrolable y enfermizo.
Me sentía
sucia.
Guarra.
Zorra.
Pervertida.
Esas ganas terribles
de follarte en cualquier lado, a cualquier hora, por cualquier parte… me
estaban dejando sin neuronas cabales.
¿En qué piensas?
¿Te sientes bien?
¿Estás a gusto?
¿Tenías ganas de
verme?
Era incapaz
de mantener una conversación normal a tu lado.
Mi cuerpo no
dejaba a mi cabeza pensar con la lógica con la que realizo cualquier otra
tarea.
Y sabía que, tarde o temprano, eso podría estropearlo todo.
Perversión 1 – Sinceridad 1
Ella creía que el destino existía.
Que cada uno tiene sus cosas asignadas, debido a esa energía
superior que poseen las personas que encuentras a tu paso.
“Si no caminas no
encuentras esa energía que te lleve de un lado a otro” decía cuando se le
calentaba la boca en temas metafísicos.
“Luego tú eliges, nena. Eres tú la que
decide si pararte o continuar el camino”
Ella defendía las ideas en las que creía.
Que cada uno debe posicionarse siempre, porque las personas
que quieren estar a ambos lados se quedan en tierra de nadie.
“Si no das tu opinión da la sensación de
que quieres agradar. De que no tienes personalidad y siempre irás al rumbo de
los demás”
Ella decía lo
que pensaba.
Que cada uno debe dejar claro en qué punto está, qué
necesita, porque la otra persona no es adivina.
“Piensa que ya tenemos
demasiado con atender a nuestra vida, a nuestras mierdas, como para que encima
las otras personas esperen de ti cosas que no sabes que necesitan.”
Era tan sincera cuando hablaba. Se le notaba enseguida
cuando mentía o estaba haciendo una broma.
Eso nunca se lo dije. Como tantas otras cosas.
Yo no era tan sincera.
Descanso
Algunas
veces lograbas asediar que pensara en todas las perversiones que podía hacerte.
Sin importar
donde estuviéramos.
O quien
rondara alrededor.
Sin que lo
supieras adormecías al monstruo.
Con
palabras. Tus historias más locas.
Que no
pudiera contestarte no supone que no te escuchara.
Con
caricias. Tus manos en mi nuca.
Que te
tocara con miedo no significa que no te sintiera.
Con
silencios. Tus silencios cómodos.
Pero en
general seguía latente, la verdad. Para qué engañarme.
Esperando el
momento justo para explotar.
¿Cómo solucionamos
esta tensión sexual?
¿Sientes tú también
esta abrasadora idea?
Nunca me has dicho
siquiera si te gusto.
Ahora estoy segura de que soy capaz de estropearlo todo.
Perversión 2 – Sinceridad 1
Mi problema
contigo iba mucho más lejos.
Porque una
cosa era imaginar mil posturas sexuales y otra muy diferente que fueran a pasar
de verdad.
Y es que
cuando te acercabas a mi era como esa imagen de película americana.
Con la
tensión que produce ver una mano en la pantalla. Esa mano que alarga su dedo
índice para pulsar el botón rojo que sabemos que no debería apretar.
Porque algo
jodido puede suceder.
La bomba
atómica, por ejemplo. Soy la cobarde que grita “no lo hagas!”.
Tú besándome.
Yo sin morderte los
labios.
Sin arrancarte las
caderas a tirones.
Tú apretándome.
Yo sin agarrarte por
las muñecas.
Sin lamerte el cuello.
Tú también tenías tus perversiones.
Me contaste algunas. Me hiciste otras.
Y yo siempre fui incapaz de ser(te) sincera. De dejar mis
miedos atrás.
No te lo he dicho nunca, pero en el momento en que te conocí, supe que
podría estropearlo todo.
Prórroga
Ya lo sé.
La prorroga es cuando al terminar el tiempo de partido se
añaden más minutos para que los equipos puedan desempatar.
Y tú y yo ya no tenemos ese problema.
La energía te llevó a otro lado.
Ahora ella ha encontrado otra racha de aire.
En el momento en que te conocí supe que podría estropearlo
todo.
Ahora te lo puedo decir: Estoy segura de que puedo
hacerlo.
Rueda de Prensa
Sólo puedo decir que no siempre
se gana. A veces sólo se aprende perdiendo.
Perdiéndote cosas.
Así que sigue tu camino.
Muestra tu rostro tal y como es.
Y espera a que el destino te
brinde algo ,quizás tan bueno, como fue para mi conocerla a ella.