Fondo

17 de diciembre de 2013

El paraíso con wifi

Eva.
Aburrida de Adán.
De sus exigencias y dominaciones.

Eva coge su Smathphone y pasea como una loca por el paraíso buscando wifi gratuita.
Hace unos meses canceló su contrato de telefonía y datos debido a una factura abusiva. Esto la pone en la situación de robar wifi constantemente.

La serpiente siempre estaba conectadísima, así que se acerca al manzano, se recuesta  bajo su sombra, y escribe en su perfil de facebook:
Dulce o salado?

Acto seguido suena un pitido avisando de un nuevo comentario:
Salado, y tu?

Extasiada por la repentina conversación creada contesta:
Yo dulce.

Y se produce un silencio de esos no tan incómodos (porque no tener a la otra persona delante ayuda, la verdad)

Ahora pregunto yo?
Playa o montaña?

Playa, escribió Eva.
Frío o calor?, continuó.

Calor.
En tu casa o en la mía?

En la tuya.

Y Eva no esperó a preguntar si podía ir a su casa. Escapar del paraíso donde el wifi se roba y sólo están Adán y sus peticiones.

Sólo comenzó a escribir preguntas.
Sin parar.

café o colacao.
carne o pescado.
ducha o baño.
con o sin luz.
arriba o abajo.
vestido o desnudo.
por delante o por detrás.
morder o lamer.
oler o tocar.
cuello u oreja.
una mirada o un beso.
con música o en silencio.

tacón o plano.
hablando o sin hablar.
de frente o al oído.
agarrar mano o culo.
ducha sola o acompañada.
abrazo por delante o por detrás.
manos o los pies.
bailar junto o separado.
rápido o lento.
te quiero o te deseo.
fresa o chocolate.
caricia en la boca o en la espalda.
beso con o sin lengua.
conmigo o sin mi.

Y le dio a enviar.
Y la barra que carga el texto no avanza.
La Aplicación de Facebook se reinicia.

Al volver a la última conversación lee:                                    En la tuya.
Le da pereza volver a escribir todo de nuevo.

El Wifi en el paraíso tampoco va tan bien cómo pensamos.

11 de diciembre de 2013

El tiempo está revuelto

Las calles estaban desiertas por el aviso de tormenta. 
Nadie se atrevía a salir de casa, excepto casos excepcionales.
Nuestro caso no era de excepción, podríamos haber aguantado la tarde.
Cada una en su casa.
Pero las ganas de verte me destrozan más que este temporal.
Me dijiste en un mensaje ausente, sin otros que lo acompañaran.

Parecías una loca bajo la lluvia de "mojabobos" que caía sobre tu pelo oscuro bajo las nubes grises.
La ciudad seguía vacía de humanos así que decidí lanzarme a la locura que desprendías.

Corrí hacia ti, te agarré y bailamos esa canción que te gusta tanto.
Sigue cantando.
Me susurraste, apretándote más a mi.
Disfruté del momento inventándome la canción (el inglés no es lo mío) hasta que te separaste bruscamente de mi y señalaste algo.
Como un brillo a lo lejos. Una luz cuadrada y parpadeante, que nos observaba.
Tomemos un café.
Y me arrastraste a la luz, que al final no era más que un bar.

Madre mía, La que está cayendo!
Un bar que vio como me sentaba frente a ti para mirar cómo te colocabas el pelo, secándolo con los dedos.          
Quitándote el abrigo lentamente, para no mojar la ropa de debajo.
Sentándote mientras balbuceabas algo que no supe descifrar.  

Me vieron perderme en tu boca y tu cuello. Suspirar por el roce de tu camisa sobre tus pechos. Sacar conversaciones absurdas para distraerte mientras me distraía en tus manos. 

Pedir dos cafés, reírnos del andar del camarero, sacudir el azúcar imitando obscenidades. 
Beber el café mientras me contabas tu último polvo desastroso. Mientras yo me relamía por tener un momento así de horrible contigo. 

Me vieron agachar la cabeza, sonrojarme cuando me limpiaste una pestaña cerca de la boca. Cómo te acercaste a mi respiración, adueñándote de ella. Cómo nos comimos la boca.

Nos vamos? Parece que va a caer una buena, el tiempo está revuelto. 


5 de diciembre de 2013

Las niñas que nunca conocieron a Madiba

La otra tarde, al salir de clase, me senté en el bordillo del insti con Kimberly, mi super-amiga de toda la vida. Levábamos juntas desde el curso pasado y, aunque me había roto la plancha para el pelo hacía unas semanas, la seguía queriendo lo suficiente para sentarme a debatir acaloradamente con ella.
Era un tema apasionante, la verdad, digno de llevarse a cambio una regañina de mis padres por llegar tarde a casa.

La cuestión era decidir qué número de sirvientas serían necesarias para mantener la super-mansión que tendríamos de mayores.
Dice Kimberly, que si vas a tener más de tres baños en la planta de arriba, quieres que te cocinen y que además cuiden de tus hijos, debería tener unas 5.

Algo muy estúpido de su parte, porque se se olvida del jardinero, el chófer y del limpiador de la piscina.
Eso es cosa de discusión de hombres, me increpa ella. Así que en alguna otra parte del super-universo seguramente deben estar dos chicos discutiendo lo mismo. Luego sólo tendremos que sumar opiniones. Me resume.

No llegamos a un super-acuerdo, empezó a llover,
ya se hacía tarde, y lo de estar castigada como que no mola.


PD: Tata murió sabiendo que a nosotr@s aún nos queda mucho trabajo por hacer. Hasta siempre.


30 de noviembre de 2013

Menos que ayer, más que mañana

Cuéntame algo.
- ¿Qué hice hoy?

Algo más profundo.
- No sabes si lo que hice hoy tuvo algo que ver con mi alma pervertida.

No me apetecen historias en las que ligas con desconocidos.
- Pues tú te lo pierdes.

Contigo siento que siempre pierdo.
- A ver si en realidad vas a ser tú la persona que quiere contar algo.

Ya estás dándole la vuelta a todo, como siempre.
- Antes eso te gustaba de mi.

Antes también creía en Dios, creía en las personas...
- Ya estás en plan víctima con el mundo.

Y tú con esos pelos.
- De verdad que hay días que estás tremendamente insoportable.

Pero aún así, te encantaría follarme.
- Eso es algo que nunca sabrás del todo.

Dale tiempo al tiempo.
- ...

Y el tiempo pasó. Yo te miré con intención de desnudarte.
Tú cambiaste de canal en la tele. Hicimos de cenar.

Sería más barato y fácil que estar junto a ti en el sofá







Nos sentamos en el sofá como si estuviésemos tu en Chile y yo en Senegal.











Y en la cama volví a pensar frases ingeniosas que hicieran que me quisieras más que ayer.

                                              Pero siempre fue más que mañana.

8 de noviembre de 2013

La ÚNICA Reacción

¿Sabes de ese lugar de tu pueblo o ciudad al que siempre vas?
Sí.
Ese que a simple vista es un banco, una cafetería o una panorámica desde una barandilla.
¿Ya has pensado en él?






Había un lugar, ni de cuento, ni de fantasía,
al que siempre llevaba a su nueva pareja.








Había llevado a tantas ya, que su esperanza de encontrar a "LA ÚNICA" cada día era más escasa.

A veces,  "LA posible ÚNICA", había reaccionado:
Gritando.
Ignorando.
De manera romántica.
Con frases asesinas.
Con una canción.
En silencio.
Con la historia de algún lugar parecido que, supuestamente, era más bonito.
Con signos de polvo fácil.
Exitante.
Seducible.
Infumable.
Resistible.
Olvidable.

No recordaba, en cierta manera, ni cuántas eran, ni su nombre. Sólo su reacción estúpida.
Porque esa reacción no era la esperada. Esa reacción no era digna de "LA presunta ÚNICA".

Aunque, si bien es cierto, "LA última ÚNICA" no lo había hecho tan mal.
Había respirado al llegar.
Observado.
Se había dirigido a sus ojos de manera cercana.
Sintió cómo se mimetizaba con el lugar, sus palabras, sus sensaciones.

Pero fue "LA ÚNICA" que no le dio su teléfono.
Y eso, como todas las demás reacciones, había sido estúpido por su parte.



4 de noviembre de 2013

Sobrevivir al despiste

Después de la ducha matinal se dirigió al armario y cayó en la cuenta que hacía más de una semana que no ponía una lavadora.
No tenía ropa interior limpia.

Si tuviera 15 años menos se dirigiría como una energúmena hacia la cocina gritándole a su madre lo inepta que era por no tener preparadas unas bragas limpias y bien dobladas. Pero no era la situación.
Ya hacía unos añitos que vivía sola, así que ya no tenía a nadie a quién gritar.

Estuvo un rato decidiendo si le daba la vuelta a las últimas que había usado o si por el contrario empezaba el día  "a culo pajarero". 

En la indecisión encendió el teléfono y buscó en google imágenes "culo pajarero", pero no salió nada interesante. Volvió atrás y buscó directamente en la web: "Cómo sobrevivir sin bragas". 
Que aunque ya iba con el tiempo justo para ir al trabajo necesitaba saber la opinión experta "del interné".

La primera entrada que apareció era una de esas preguntas que alguien pone en algún foro con la esperanza de ser contestada.
La pregunta era: ¿Qué opináis de ir sin bragas?
En la que una chica muy preocupada no sabía si salir sin ellas (por petición de su novio), pero con la preocupación constatada de que "a mi me da cosa, y mas al vivir en una ciudad pequeña en la que nos conocemos casi todos".

Se sentó en el sofá y se preguntó si se podía considerar su ciudad como pequeña. ¿Ya la conocían todos?

Siguió con su lectura totalmente hipnotizada. Las respuestas eran inquietantes y más de la mitad afirmaban que era un placer andar por ahí sin ellas.

¿Acababa de descubrir que había perdido parte de su vida en lavar y ponerse unas bragas? 
La última vez que fue al cine, ¿estuvo sentada donde antes otra se había sentado sin ellas? ¿En la guagua? 
¿Habría tenido amigas sentadas en su sofá sin nada bajo su ropa?



Apagó el móvil y se dispuso a probar por primera vez esa sensación.
Se vistió, se maquilló y salió directa al trabajo, que ya llegaba tarde.

Epílogo "pajarero"

Cuando llegó de noche a su casa no recordaba muy bien cómo llegó, qué hizo durante el día, qué almorzó o si en la clase de pilates había hecho los ejercicios.


Cuando estás sin bragas estás más despistada. Esa era su conclusión.

Y a la mañana siguiente volverá a enfadarse, porque olvidó de nuevo poner la lavadora. 

Y es que ya sabe porqué hay mujeres que no llevan bragas: simplemente, sobreviven al despiste.

21 de octubre de 2013

La cueva, literalmente.

Me contó que había vivido en una cueva.
Literalmente.
No de esas en las que ocultas tu alma.
No.
Vivió en un agujero que excavó en la ladera de una montaña.

La ladera daba a la playa.
Me dijo.
Supongo que para darme envidia de sus vistas al mar o quién sabe.

Su historia la repitió como otro viernes más, sin cambiar palabra alguna.
La única diferencia era yo.
Ella cambiaba de interlocutor constantemente, manteniendo las sílabas y su aliento a tabaco y anís.

Allí di a luz a mi primer hijo y me prometí no volver a hacerlo nunca más así. Porque lo pasé muy mal, ya sabes, no es lo mismo parir en un hospital que en una cueva.

No, no lo sé, la verdad.
Yo no he parido ni en un sitio ni en otro.
Pero esto a ella no le importaba, porque siguió con los detalles. Me describió el lugar, las pertenencias, su día a día en aquel lugar idílico.

Ahora estoy separada y los niños viven con su padre.

¿Los niños? La miré estupefacta.

Si, a veces te prometes cosas que no cumples. En esa cueva di también a luz a mi segundo hijo. Ahora tiene 6 años.

Y se quedó callada. Turbada.
Yo la imaginé sentada, en la entrada de la cueva, serena, feliz.








En su silencio me incorporé para salir a fumarme un cigarro. Ella no se inmutó con mi partida.
Desde el patio la vi a lo lejos. Dejaba que el sol le diera en la cara, marcando una sonrisa retorcida.

Apagué el tabaco.Y me dispuse a entrar con fuerzas nuevas y la esperanza de que mi madre, en esta nueva entrada,  se acordara de mi.
Pero ya era tarde.
Cuando entras en la cueva, es difícil volver a salir de ella.



11 de octubre de 2013

De mascotas y expectativas

Era dura. Y lo sabía.
Había tardado décadas en construir esa coraza que la protegía.

No hablaba de ella. De sus sentimientos.
No mostraba cuando algo le gustaba. O no.
En realidad nadie le había echo nada.
Por eso no sabían realmente cómo hacerla cabrear feliz.

Como cualquier otro viernes de la semana se sentó en su clase de chino y abrió el periódico haciendo tiempo.

Tal día como hoy:
Kathy Sullivan se convirtió en la primera mujer que caminó por el espacio.

Recordó que ella también había soñado con pasearse entre las estrellas.
Pero de eso hacía años luz y unos cuantos agujeros negros.

Empieza la case de chino pero ya no atiende lo suficiente.
Piensa en las expectativas que nunca fueron.
Aunque nadie se da cuenta, claro, es lo que tiene tener siempre cara de rancia.

Cuando era pequeña le encantaba disfrazarse de la "Última mujer que queda en la tierra".
Y recorría su casa en busca de millones de cosas que le hicieran  falta para poder instalarse en otro planeta.
Lo primero que cogía era su mascota.
A la que nunca le puso nombre.

¿Jugaría a lo mismo Kathy Sullivan?
¿Tendría ella también una mascota sin nombre?

Este día cambiará algo en su vida.
No lo veremos porque seguirá siendo tan dura como siempre.
Tendrá sueños raros en dónde siempre será su mascota sin nombre.
Una mascota ya crecida con los años.


Una tortuga gigante que grita sin emitir sonido alguno.

Así que cada mañana se levantará con el mismo pensamiento en la cabeza.
Una pregunta simple y demoledora.

Que nunca compartirá con nadie.
Porque ella es dura. Y lo sabe.

4 de octubre de 2013

Lo que ocurre antes, durante y después

Todas las noches, antes de quedarme dormida, intento imaginar algo relajante. 


Una playa, por ejemplo.

Yo sentada frente al mar, el agua mojando mis pies desnudos.

En ese momento mi cerebro empieza a jugarme malas pasadas.
Añade cosas a la imagen.

Un perro.
Un barco pirata.



Después suelo tener una idea sublime. 
Puede ser una historia con un final inesperado, una fotografía perfecta, una receta exquisita, un proyecto de futuro, la solución a la crisis...

La repaso en mi mente una y otra vez. Para que no se me olvide.
Porque no existe una idea mejor en el mundo. 

Durante estos pensamientos extraordinarios sigue apareciendo en ráfagas la imagen.
Yo.
El mar.
El perro.
El barco pirata.

Con los ojos cerrados me acomodo ajustando la almohada, apretándola a mi oreja derecha para centrarme en la idea.

Yo me levanto.
Corro poseída y  me baño en el mar.
Juego con el perro.
Una mulata en topless me saluda desde el barco pirata.

Y de verdad que siento de repente en el cuerpo ese escalofrío de “qué brillante soy”.
Doy vueltas en la cama.
Me esfuerzo para repetir de nuevo esa idea jodidamente fantástica.


Hace calor en la playa.
El perro aparece con la mulata subida en su lomo.

Luego me duermo. 
Como una ceporra.

A la mañana siguiente recuerdo el sueño con todo detalle...

                            y es que... 
                                         ...soñar con Rihanna, no se hace todas las noches.

27 de septiembre de 2013

Tu y tus frases

Cogí el papel y el lápiz para escribirte una carta de las de antes.
Papel ajado y amarillento, lápiz mellado.
El sobre barato. De los que debes poner cinta adhesiva para que pegue y cierre.

Empecé como me enseñaron en el cole:
Querida...
                            Para terminar con:
...Atentamente.

Entre esas dos palabras lo dejé todo en blanco.
La cerré.
Caminé hasta tu casa.
 La metí bajo tu puerta.


Todo para demostrar tu teoría. Una de las tantas con las que me instruyes cada día.

Esa de que siempre sabrás leerme entre líneas.



Y ahora yo espero en plan Esperanza Gracia, pensando que quizás tu y tus frases te lleven a algo que te inquieta, te atormenta o te perturba.

20 de septiembre de 2013

Imagen o Palabras

Esta mañana, al abrir la puerta de casa, me tropecé con esta caja abandonada.





Le saqué una foto, le puse un filtro "de los guapos" y la subí al Facebook.





A estas alturas del día eres la única persona que le ha dado a “Me gusta”. Lo que me lleva a pensar que quizás has sido tu e intentas decirme algo: 

Que encontraste trabajo en una empaquetadora.
Que el dinero que me debías me lo vas a pagar en plátanos.
Que quieres que coma más fruta.
Que si renovara el dildo del cajón volverías a mi cama.
Que en nuestra relación falta potasio, magnesio y ácido fólico.
Que quieres que intente batir el récord de plátanos que entran y salen de mi cuerpo.
Que las motitas te ponen a tono.
Que quieres  "que me den bien por el culo"...

Como verás, esta caja solo me crea angustia. 
Me has jodido pero bien el día.

Porque hasta aquí llevo unas 159 palabras. Y si esta imagen vale más de mil, aún me queda un buen rato de pensamientos absurdos.

PD: Con lo fácil que habría sido dejar una nota...(188 palabras)

13 de septiembre de 2013

Putadas del Destino

El hombre del tiempo que nunca había acertado en sus predicciones salió de casa temprano.
La noche anterior comunicó a su público que caerían chuzos de punta. Pero no fue así, como siempre. El día estaba soleado y tuvo que cambiar el chubasquero por las cholas y las bermudas.


La mujer óptico que nunca había acertado en las dioptrías de sus clientes salió de su trabajo antes de tiempo. Cada día tenía menos pacientes debido a sus falsos diagnósticos.

Los dos se cruzaron en un puesto del mercado, junto al puesto de antigüedades.

Ella con la chaqueta enrollada en el bolso, pues el hombre del tiempo había pronosticado lluvias.
Él llevaba puestas unas gafas de sol graduadas por ella. No veía bien, pero le habían costado tan caras que tenía que darles uso.

Después de esta vez se encontrarían muchas más veces a lo largo de su vida. Pero nunca llegarían a conocerse. Esa sería la putada de las Moiras, pendientes de cada designio de sus vidas.

Porque las diosas estaban cansadas de cambiar sus vacaciones por culpa del inepto del tiempo. Y porque su trabajo se había vuelto más estresante desde que la gente no se veía en los lugares asignados debido a la imbécil de la óptica.

6 de septiembre de 2013

Donde comienza la carretera

Llegó al sitio acordado.
Aparcó y volvió  leer el mail recibido.

"Donde comienza la carretera.
Donde el poste de la luz divide el paisaje.
Donde paramos aquella vez imaginando que tú eras Jesse Pinkman y yo Walter White."



Bajó del Fiat Panda 4x4 y se atusó el pelo pensando en la razón que tenía cuando le dijo que ese sería un buen lugar para empezar el negocio de las metanfetaminas.

+ A quién se le ocurre. 
Pensó.

- Deberías dejar de ver tanta serie americana.
Sonó tras de sí.

El viento barría la tierra bajo sus pies.
Ella llevaba un pañuelo atado a la cabeza, a lo Thelma & Louis.

- Y también deberías ver más cine español.
Espetó entre dientes.

La miraste como debía ser. De arriba abajo, deleitándote en sus labios, sus hombros, sus pechos, las caderas, las rodillas asomadas en ese vestido veraniego.
Se acercó lentamente, dejándote hacer, contoneándose entre los remolinos de tierra.

- Sabía que recordarías este lugar.
Susurró al llegar a ti.

+ ¿Y porqué no iba a recordarlo?
Preguntaste con la indignación de cualquiera que lleva meses recordando cada momento con esa persona que desapareció cerrando las puertas tras de sí, tirando la llave desde la escollera, borrando el libro de los recuerdos.

- Porque nunca merecí tu compañía, los orgasmos...
+ ... sentimientos y sexo, veo que no has cambiado mucho.

Y se le escapó un suspiro, dio media vuelta y volvió a subirse el coche.

Sin creértelo mucho vacilaste dando patadas a las piedras que el viento no podía alejar con su fuerza. Al levantar la mirada el coche arrancaba y desaparecía en aquella carretera solitaria.
Perfecta para montar la caravana y fabricar buena meta.

Siempre te deja donde comienza la carretera. Donde las cosas puedan cambiar. Donde todo dependa de ti. Y es que, después de todo este tiempo, no había cambiado nada.

30 de agosto de 2013

Ni una caca risueña

Últimamente me tienes bastante olvidada.
Ya no me mandas esos emoticonos que tiran besos y le salen corazoncitos en los ojos.
Ni siquiera el del truño sonriente.
No es que espere que estés todos los días contándome a cada minuto lo que haces.

Pero me tenías mal acostumbrada.

Estuviera donde estuviera siempre aparecías  y, de esa forma,
sentía que estabas allí.

¿Qué coño haces ahora?
¿A quién le mandas ese truñito tan cariñoso?

Esperar tus mensajes es como colocar en la playa tu sombrilla, tu toalla y tus cholas.

Esperar que aparezcas (hago chas!, y aparezco a tu lado) sin avisarte.

¿Y mis cosas siguen ahí?
Siguen ahí.

¿Y con quién fuiste a la playa?
Si no me tuvieras tan olvidada habría ido contigo.

¿No vas a contestarme?
Te mandaré una caca risueña.

No es eso lo que quiero.
Tendremos que buscar otros emoticonos para poder comunicarnos.


Pero para eso tendremos que quedar para hablar... te mandaré un mensaje.


Y me quedé sin 3G. Y el día de playa fue maravilloso, radiante, salado, rejuvenecedor. Y enterré el móvil bajo tu toalla, junto a tus cholas, bajo tu sombrilla.



23 de agosto de 2013

El día que olvidé publicar "algo" en este blog

No pasó absolutamente nada.


Hizo calor como otro día de Agosto.
Fue Viernes en toda España.


Y llegó la noche y tú seguías sin saber que hoy no se había publicado nada en este blog.


- Así de insignificante es tu vida.
- Y la tuya, bonita.




- ¿Y la foto?
- ¿Qué pasa con la foto?
- ¿Quieres decir con ella que tú, como ser humano, sientes que eres una minúscula parte del Universo y que tus actos en el mismo son aún más mediocres e insustanciales?

.......no comments......

16 de agosto de 2013

Cerrada por Vacaciones

Sé que hemos quedado.
Habíamos quedado.

Me he depilado para ti.
Pero es que habíamos quedado.




























Me salió otro plan.
¿Y te olvidaste que habíamos quedado?

Pensé que era otro día.... es lo que tiene estar CERRADA ERRADA POR VACACIONES.

9 de agosto de 2013

Curiosidad

Cuéntame tus secretos.
Tus virtudes, tus defectos.
Tus traumas infantiles. Los que aún conservas a los treinta.
Cómo te hiciste esa cicatriz de la cara.
Porqué no tienes hijas. O hijos.
Cuántas relaciones has tenido.
Con quién.
Si conmigo es mejor.
Si prefieres café o té.
Dulce o salado.
Qué harías por mí sin pedírtelo.
Tu libro favorito.
Qué música escuchas.
Porqué estás ahora conmigo.
Cuánto tiempo crees que estarás a mi lado.
Aprovechemos este viaje...



Cómo llegaste a mi.
Cómo te convertiste en la persona que dices ser.
¿Porqué no escuchas cuando te hablo?

Ya sabes lo que dicen,
si te lo cuento, 
tendré que matarte.

2 de agosto de 2013

Waterpolo, Bochorno y Bukowski.

En Agosto no necesito el despertador.
Y no es porque esté de vacaciones, sino porque el calor ha decidido que quiere despertarme a la misma hora todos los días y de la misma manera: sudada como una cerda.
El bochorno es insoportable.
¡Ohh, Bochorno!
Abro la ventana todas las mañanas (con la toalla enrollada en la cabeza, tras la ducha que intenta eliminar el olor a gorrina y que sólo consigue que esté limpia en sudor) buscando algo que me entretenga.
Pero nada.

Esto lo sabe TVE. Por eso están retransmitiendo el mundial de Barcelona. Para que yo encienda el ventilador y me deje llevar por los deportes acuáticos.
El Waterpolo femenino, por ejemplo, es algo que me tiene totalmente enganchada.
Aunque, sinceramente, me da igual quién juegue, quién gane... lo mío es más admiración por la lucha en el agua.
El waterpolo es soportable.

¡Ohh, waterpolo!
Si los medios querían refrescarme no lo consiguen lo mas mínimo.
No saben que Agosto está realmente dentro de mi cabeza.
Que por mucha vida sana, que si el esfuerzo, que si la motivación... a mi eso me la suda bastante (y no sólo en Agosto).

Imagino que no hay comentaristas, sino recitadores de Bukowski:

"Me corté la uña del dedo
del medio de la mano derecha
bien corta
y empecé a sobarle el coño
mientras ella estaba sentada en la cama
poniéndose crema en los brazos,
la cara
los pechos
después de bañarse.
Entonces encendió un cigarrillo:
"tú sigue",
y fumó y continuó poniéndose crema.
Yo continué sobándole el coño..."
¡Ohh, Charles!
Resuenas como una cantinela mientras observo de reojo el televisor.

Agosto es el mes perfecto para dejarme ahogar, pellizcar y arañar. Para dejarme agarrar y arrastrar a las profundidades del bochorno, haciendo que todo lo que me rodea tenga una carga tremendamente sexual.

Mientras tanto tú estás en la playa leyendo algo sobre las sombras de una tal Grey. Cuando te calientes del todo llamarás. Pero yo no estaré pendiente del teléfono.
Hoy me toca cortarme las uñas.


26 de julio de 2013

Solo Una

Una vez me dijiste:
                               Te llevaré a ver el lugar donde las cosas son siempre lo que parecen.

Donde no hay medias tintas o naranjas.
No hay retóricas, ni metafóricas.

Verás, por ejemplo, paisajes sin más.
El mar será sólo agua salada. Sin cubos, sin rastrillos. Sin hamacas y sombrillas.
No hay lunas como crueles amantes ni olas que se lleven los pesares.

Las montañas sólo altas. Sin cabañas, sin incendios.
El monte no es orégano y ni el bosque es encantado.

Conocerás cuando no hay malentendidos. Ni "yo dije" ni "creí que decías".
Un lugar sin "dejaste de llamarme", sin "un día de estos quedamos".

Te llevaré a ver el sitio donde las personas son humanas. 
Los utensilios útiles. 
Los planes planeados.
Donde no hay piedras que esperan a que tropecemos  más de dos veces...

Y alguien interrumpió tu discurso. Sonó tu teléfono. Que en tu mundo no sé si serviría sólo para llamar o también para descolgar. Te levantaste. Me dejaste sentado con el brazo desnudo.


                ... donde los brazos sólo sirvan para abrazar.

Una vez me contaste que todo podía ser más simple en un lugar al que me llevarías.

                                                                                                                                   Yo no quise ir. 

Y tú lo agradeciste.
Sabes que soy experto en darle a todo la vuelta y hacer que las cosas, nunca sean lo que parecen.



19 de julio de 2013

Ahí está...


Te envenenas con tu propia saliva mientras vas por el carril izquierdo de la autopista con un imbécil tras de ti "picando" las luces y moviendo su automóvil de izquierda a derecha para que te apartes.

Debería existir una carretera para personas normales (podríamos discutir lo que es normal o lo que no) que quieren llegar sin problema a su destino y otro para este tipo de sujetos que provocan que apures el acelerador a 140 si no quieres que te "bese el culo" con su deportivo "todo guapo"...

Miras por el retrovisor y te ciega su gomina y su sonrisa de psicópata de la velocidad. Sientes como se lame los colmillos pensando en lo estúpida que eres por haber aprendido a conducir (caprichos de mujer, se dice a sí mismo) en vez de aprender a cocinar y esas "cosas femeninas".

Desesperas y pones el intermitente a la derecha para incrustarte entre dos camiones mientras dibujas con tu mano un precioso "que te den".

Pero él ya lo esperaba. Eres muy predecible. Su objetivo era ese.
Es un tiburón. Piensa que te va a atacar por debajo del agua y que no lo verás venir. Pero lleva la aleta por encima de las olas. Tú lo ves. Él no lo sabe.


Te sobrepasa haciendo el gesto con su mano derecha de "cómemela" a lo garganta profunda.

El tiburón pasa y enciendes la radio para escuchar canciones que deberían haber muerto en el mismo momento de haber sido creadas.

Él sigue su camino buscando una nueva víctima.
En su cabeza también resuena el:
                                                     NO PARES, SIGUE SIGUE...

B.S.O:





12 de julio de 2013

Gigantes

"En un mundo descomunal,
siento mi fragilidad"

Me consolaba pensar que el gigante que se acuesta sobre mí cada mañana, para pegarme más a la cama, viene de fuera. Pero ya me dijiste que no es así. (Que lleva tiempo viviendo por aquí y ya tiene la nacionalidad española). 


"Dime que es mentira sólo, 
un sueño tonto y no más"

Cuando me das esas bofetadas de realidad me convierto en una sombra aburrida y pequeña que camina arrastrando los pies. (Y mi cerebro adolescente) 

"O es que acaso hay alguien más aquí"

Pero... (Porque en todas las historias hay un pero)

Me das la mano y me presentas al inmigrante que nos saca dos cabezas y haces que le cuente mi historia de sombras y gigantes y ...

"... en mis tonterías para,
hacer tu risa estallar"

B.S.O

5 de julio de 2013

De sueños y nombres que te recuerdan a alguien

Anoche soñé con Mariano.

El Mariano que imaginas. 

El sueño comenzaba en el paseo de la playa. 
Yo esperando impoluta. 
Mariano aparece con ese andar que da arcadas. Se me encoge el estómago.
Parece aseado pero apesta a sudor.

Es ese tipo de sueños que te sorprendes soñando.

La saliva en la comisura de los labios, sus palabras salen de tu cabeza, así que ... es lo que quieres oír.

Ese tipo de sueño que cuentas sin detalles. 

Sólo pongo cara de incógnita y mirándote a los ojos suelto:

Anoche soñé con Mariano y sus conocimientos del sexo tántrico.

Y ahora tú no puedes pensar en la relajación para llegar a un orgasmo.



Tú esta noche también soñarás con él y quizás te haga las mismas cosas que a mí.

P.D: Algo que te llevas. Espero que lo disfrutes.




28 de junio de 2013

ROSA PALO

Cuando ya no puedo casi encontrar las cosas que guardo en la esquina que queda entre la nevera y la pared es inevitable salir de casa.

Salir a recorrer todos los contenedores de mi calle. Cada uno de un color, claro, con la intención de evitar que te despistes.
Es extraño esto de  tirar la basura reciclar.

Estás toda la semana separando envoltorios de comida, botes de cristal, cartas de publicidad… Te conviertes en “El amo de la separación" o en “La ama de la segregación”.

Luego es posible que se te cuelen unas camisetas blancas con la ropa de color y aparezcan todas teñidas de rosa palo. 
Pero vamos, eso no te importa tanto. 

Porque el día que acabemos con este planeta por no saber tirar la basura reciclar, a nadie le importará que mueras con tu camiseta preferida desteñida de ese color horrible denominado “rosa palo”.

Pero bueno, a lo que iba. Reciclar parece una tontería hasta que sales de la puerta de tu casa cargada como una china (comentario referente a mi sobrenombre de segregadora) y empiezas a subir la calle en busca de los contenedores de colores. Puede que pienses que es una tontería. Lo sería si no estuvieran esos deplorables seres denominados “captadores”. A los que les importa una mierda a dónde vas, qué llevas en las manos…

- ¿Tienes 3 segundos?
- No, para ti no tengo ni uno.

Seres que te hacen creer que eres la peor persona del mundo por el hecho de no pararte a escucharles.

- ¿Te preocupa el medio ambiente?
- No.
- ¿No te preocupa el medio ambiente?
- No, lo más mínimo.

Aunque estés cargada hasta arriba de vidrio, papeles y tapas de yogurt.

- ¿Sabes cuántas proteínas tiene este sobre de papilla con el que podemos alimentar a no-se-cuantitos nenes hambrientos?
- ¿Y tú sabes lo jodido que es tener que cruzarme contigo?

Qué suerte tiene el tercer mundo de no cruzarse con estos seres.

De verdad, ¡No vayáis por ahí cabrones!

No juguéis con mis sentimientos, no rompáis el espacio privado que tenemos al salir a la calle.
Ese espacio íntimo que respetamos en el cajero automático, aunque sea el del parking del coche. Incluso respetado a los perros, por el miedo a una mordida inesperada.

Qué pena no poder morderte la yugular y dejarte en el suelo tirado junto a mis envoltorios de comida.

- Es usted una señora muy maleducada.
- ¿Señora? ¿Me has llamado señora?

Y es por esto que acumulo todo lo que puedo en el hueco que hay entre la nevera y la pared. Y que, cuando ya no encuentro las cosas, salgo de casa.

No por repartir el plástico, el papel o el vidrio. No por tener que aguantar a la Cruz Roja, Intermon o Greenpeace…

Lo que jode realmente es haber pasado de los treinta y se dirijan a mi como “señora”. 

Cuando el mundo se acabe recordaré tu cara e iré a buscarte para vengarme. 

Recuérdalo: Seré la señora que te molió  a palos antes del juicio final.


Si.
La señora de la camiseta desteñida de ese color horrendo denominado “rosa palo”.


21 de junio de 2013

Nunca llegas

El día que llegaste a entrar fue porque yo lo quise.
Abrí la puerta despacito, con miedo a que no te gustasen los muebles y la colocación de mis ideas.
Pero tú entraste sin más, dando un portazo a tu espalda. Con la mirada segura y el semblante serio de un explorador que acaba de descubrir una tumba en Egipto.
Merodeaste entre las cosas que hacen segura mi estancia y al llegar a la cama te sentaste y te quedaste mirando fijamente la pared.

- Ahí pondré un cuadro mío.
Espetaste sin consideración alguna sobre si yo quería o me gustaría tu obra.

- Lo traigo aquí, ayúdame a colgarlo.
¿Y ya esta? ¿Entras en mi celda y te apropias de ella?
¿Qué tipo de egoísmo es este?
¿Te gustaría que yo pusiera lo que quisiera dentro de tu espacio también?
Aunque es verdad, que si me dejaras, pondría tantas cosas dentro de ti con la única satisfacción de darme placer...

- Mira cómo queda, es perfecto. Así podrás verlo siempre antes de cerrar los ojos y marcharte al Nirvana.




Y jodidamente tenías razón.
Porque siempre es más bonito ver tu cuadro ,ver lo de afuera. Lo de dentro se pudre, se enferma, se enmaraña.
Nunca llegas a conocer totalmente a nadie.


Todos guardamos alguna basura sin tirar, algún trapo sin coser, algún deseo de cuarto oscuro y manos en la entrepierna.
Ahora sé que la única manera de llegar a ti es pintar un cuadro y colgarlo frente a tu cama.

Pero eso es otra historia, y ahora debo aprovechar la ocasión y quitarte la ropa frente al paisaje. 

14 de junio de 2013

Colgar

Llegar a la terminal del aeropuerto y que me suene el teléfono.

Que me suene el teléfono y no seas tú.
Que no seas tú y diga tus mismas palabras.

Escuchar las mismas palabras y pensar en algo diferente.
Pienso en algo diferente porque en realidad no quiero irme.

Que no quiera irme y la pantalla de mi vuelo parpadee con la frase "Last Minute".
Que sólo tenga unos minutos para aceptar lo que me dices.

Lo que me dices en boca de otra persona.
Otra persona que me pide que vuelva.

Que vuelva para volver a verte.
Que vuelva para volver.
Que vuelva.
Que... cuelga.

7 de junio de 2013

De Naturaleza Irritable

Sentada en el banco de siempre, a la hora de siempre, alcé la vista y descubrí dónde podía escaparme.

- Manda cojones que pases las mañanas sentada ahí y sea la primera vez que ves el árbol ese.
- Es que siempre estoy con el whatsapp, el apalabrados, el triviados, linkedIn...

Como te decía, la liana colgaba del árbol que crecía tras de mí, ofreciéndome la oportunidad de subir y quien sabe, quizás quedarme allí a vivir.

-Lo tuyo es evitar el contacto humano, ¿no?
-Contacto humano tengo...
-¿Ya vuelves con el rollo de la masturbación?

Bueno, la cuestión es que eran más de cuatro metros de raíces cayendo sobre mi cabeza y, sinceramente, nunca he tenido fuerza en los brazos para hacer tremendo esfuerzo.

-¡Qué floja has sido siempre!
-Guardo mi fuerza...
-¿Para poder levantarte a orinar cuando tengas 90 años?

Con la cabeza alzada, cerré los ojos e imaginé el trayecto hasta la cima.

- Pero a ver, ¿Qué haría luego desde allí?
-Masturbarme sobre tu cabeza mientras te mando un whatsapp.

Me levanté y fui a buscarte para contarte mi idea. Pero como de costumbre, tu conversación me convierte en una salida descerebrada...

-¿Y cuando se te termine la batería del móvil?
-Te lo tiraré con la esperanza de verte morir.

Y tremendamente irritable.

31 de mayo de 2013

Tarta de Chocolate

Hace años hicimos aquel viaje, ¿Te acuerdas?

Ese en el que encontramos aquella playa que pisamos tu y yo como descubridores del nuevo mundo.
El mar siempre se lleva las pisadas, para que las tuyas sean las primeras.
Aquel viaje en el que nos desnudamos para correr por la orilla hacia el baño perfecto.
En el que nos secamos de camino al pueblo.
Caminando entre gatos que dormían la siesta bajo sillas plásticas.
Donde las señoras se tostaban frente a sus casas blancas.
El viaje en el que terminamos encontrando el único bar de aquel pueblo en el que sólo se oían los ladridos de los perros.
El bar en el que no sentamos  a comer con el sol pegando en la nuca...

- ¿Y qué fue lo que comimos?

Siempre arruinas mis dilaciones sobre viajes.
Y me haces regresar al puto sitio porque no recuerdo ciertas cosas.
Ahora estoy aquí sentado, sin saber qué cojones fue lo que pedimos aquel día:
Bocadillos
Croissant
Tortillas
Cebiche
Lasaña
Pulpo
Filo de buey
Escalope de Cerdo


Tarta de Chocolate.

24 de mayo de 2013

Open-Mind

Quedarte dormida viendo la tele.
Aparecer en una casa abandonada en la que parece que ha habido una rave party.
Dar vueltas por la casa.
En principio crees dar vueltas buscando a la gente. Pero en realidad estás buscando una cerveza.
Cosas que te pide el cuerpo. Siempre has sido más alcohólica que sociable.
Llegas al espacio más grande.
En la pared hay un graffiti.


Te quedas absorta pensado en lo que alguien pensó cuando pintó esa palabra para que otros pensaran...

Se apagan las luces.
Se enciende un foco.
Aparece Merche.
Sin quererlo estás dentro de su videoclip.


Al terminar la canción le dais entre las tres una paliza a ese actor de mierda.
(La criada también le tenía ganas, te confiesa mientras le patea las encías)

Merche te acerca una cerveza mientras lo descuartizáis en la cocina rave dance.


Te despiertas y te vas al trabajo.
No puedes dejar de tararear la canción de Merche.
Todos te miran con cara extrañada.
Todas te preguntan porqué has cambiado tan radicalmente de estilo musical.

Aceptas que la gente no es ABIERTA DE-MENTE.

PD: Abre tu mente y descubrirás lo que disfruta la gente de la vida, abre puertas, busca una salida, y otros curarán tu herida.