Fondo

19 de julio de 2013

Ahí está...


Te envenenas con tu propia saliva mientras vas por el carril izquierdo de la autopista con un imbécil tras de ti "picando" las luces y moviendo su automóvil de izquierda a derecha para que te apartes.

Debería existir una carretera para personas normales (podríamos discutir lo que es normal o lo que no) que quieren llegar sin problema a su destino y otro para este tipo de sujetos que provocan que apures el acelerador a 140 si no quieres que te "bese el culo" con su deportivo "todo guapo"...

Miras por el retrovisor y te ciega su gomina y su sonrisa de psicópata de la velocidad. Sientes como se lame los colmillos pensando en lo estúpida que eres por haber aprendido a conducir (caprichos de mujer, se dice a sí mismo) en vez de aprender a cocinar y esas "cosas femeninas".

Desesperas y pones el intermitente a la derecha para incrustarte entre dos camiones mientras dibujas con tu mano un precioso "que te den".

Pero él ya lo esperaba. Eres muy predecible. Su objetivo era ese.
Es un tiburón. Piensa que te va a atacar por debajo del agua y que no lo verás venir. Pero lleva la aleta por encima de las olas. Tú lo ves. Él no lo sabe.


Te sobrepasa haciendo el gesto con su mano derecha de "cómemela" a lo garganta profunda.

El tiburón pasa y enciendes la radio para escuchar canciones que deberían haber muerto en el mismo momento de haber sido creadas.

Él sigue su camino buscando una nueva víctima.
En su cabeza también resuena el:
                                                     NO PARES, SIGUE SIGUE...

B.S.O:





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