Fondo

11 de diciembre de 2013

El tiempo está revuelto

Las calles estaban desiertas por el aviso de tormenta. 
Nadie se atrevía a salir de casa, excepto casos excepcionales.
Nuestro caso no era de excepción, podríamos haber aguantado la tarde.
Cada una en su casa.
Pero las ganas de verte me destrozan más que este temporal.
Me dijiste en un mensaje ausente, sin otros que lo acompañaran.

Parecías una loca bajo la lluvia de "mojabobos" que caía sobre tu pelo oscuro bajo las nubes grises.
La ciudad seguía vacía de humanos así que decidí lanzarme a la locura que desprendías.

Corrí hacia ti, te agarré y bailamos esa canción que te gusta tanto.
Sigue cantando.
Me susurraste, apretándote más a mi.
Disfruté del momento inventándome la canción (el inglés no es lo mío) hasta que te separaste bruscamente de mi y señalaste algo.
Como un brillo a lo lejos. Una luz cuadrada y parpadeante, que nos observaba.
Tomemos un café.
Y me arrastraste a la luz, que al final no era más que un bar.

Madre mía, La que está cayendo!
Un bar que vio como me sentaba frente a ti para mirar cómo te colocabas el pelo, secándolo con los dedos.          
Quitándote el abrigo lentamente, para no mojar la ropa de debajo.
Sentándote mientras balbuceabas algo que no supe descifrar.  

Me vieron perderme en tu boca y tu cuello. Suspirar por el roce de tu camisa sobre tus pechos. Sacar conversaciones absurdas para distraerte mientras me distraía en tus manos. 

Pedir dos cafés, reírnos del andar del camarero, sacudir el azúcar imitando obscenidades. 
Beber el café mientras me contabas tu último polvo desastroso. Mientras yo me relamía por tener un momento así de horrible contigo. 

Me vieron agachar la cabeza, sonrojarme cuando me limpiaste una pestaña cerca de la boca. Cómo te acercaste a mi respiración, adueñándote de ella. Cómo nos comimos la boca.

Nos vamos? Parece que va a caer una buena, el tiempo está revuelto. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario