Era un tema apasionante, la verdad, digno de llevarse a cambio una regañina de mis padres por llegar tarde a casa.
La cuestión era decidir qué número de sirvientas serían necesarias para mantener la super-mansión que tendríamos de mayores.
Dice Kimberly, que si vas a tener más de tres baños en la planta de arriba, quieres que te cocinen y que además cuiden de tus hijos, debería tener unas 5.
Algo muy estúpido de su parte, porque se se olvida del jardinero, el chófer y del limpiador de la piscina.
Eso es cosa de discusión de hombres, me increpa ella. Así que en alguna otra parte del super-universo seguramente deben estar dos chicos discutiendo lo mismo. Luego sólo tendremos que sumar opiniones. Me resume.
No llegamos a un super-acuerdo, empezó a llover,
ya se hacía tarde, y lo de estar castigada como que no mola.
PD: Tata murió sabiendo que a nosotr@s aún nos queda mucho trabajo por hacer. Hasta siempre.
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